Talking to Strangers, el último libro de Malcom Gladwell, trata de lo que sucede cuando nos encontramos con personas que no conocemos, las razones de por qué, a menudo, sale mal y lo que dice sobre nosotros. El punto de partida del autor arranca de un pensamiento que nos asalta en más de una ocasión: ¿Por qué somos tan malos juzgando a alguien, leyendo una cara o detectando una mentira?
El autor expone que cuando conocemos a alguien llegamos a conclusiones basadas en factores que ni siquiera están relacionadas y se crean conexiones basadas en cuestiones inexactas. Reflexiona que el ser humano tiene tendencia a creer que un desconocido le está diciendo la verdad. Sin embargo, aunque se podría pensar que vivimos en una continua desventaja, Malcom Gladwell concluye que la sociedad, y por ende las organizaciones, no podrían existir, de la manera que la conocemos, si los seres humanos no tuvieran esa capacidad de confiar en un alto nivel.
Uno de los asuntos que conducen al error es que tradicionalmente se confía, en exceso, en la información que recopilamos en persona y, aunque la interacción humana es excepcionalmente valiosa, en el libro se cuenta que tal interacción no es 100% fiable. ¿Un ejemplo? Lo ilustra con el caso de la CIA que no fue capaz de detectar un considerable número de agentes cubanos pro soviéticos en los años de la Guerra Fría. «Si la organización con los agentes más sofisticados del mundo, personas capacitadas en las artes de la detección de mentiras, puede ser engañada tan fácilmente por un pequeño país con muy pocos recursos, ¿qué esperanza tenemos los demás?», se pregunta el escritor.
¿Por qué nos interesa este libro? Porque a través de las diversas historias (Madoff, Amanda Knox…) que se analizan, se extrae la conclusión de que sería desastroso si dejásemos de confiar en las personas y que se han de «aceptar los límites de nuestra capacidad de descifrar las intenciones de los desconocidos». Lo que nos toca, en los diversos roles que adoptamos (como padres, como directivos, como individuos en sociedad…), es ser reflexivos, humildes y conscientes del contexto al tratar de comprender las acciones de las personas.