Hemos reformulado nuestra visión corporativa para adaptarnos al siempre exigente entorno empresarial. La nueva declaración recoge nuestro objetivo último: Inspirar y provocar el liderazgo estratégico y racio-emocional para lograr una transformación de impacto en las organizaciones y en la sociedad.

De esta manera, asumimos un doble compromiso. Por un lado, consideramos que es imprescindible revisar periódicamente el objetivo final de cualquier proyecto y así ser capaces de establecer filtros de decisión concretos para el día a día. Por otro, en esta nueva afirmación reside nuestra voluntad de contribuir al desarrollo de la sociedad desde el núcleo de decisión de los principales actores económicos y de poder.

La salud de toda empresa está muy vinculada a la capacidad que ésta tenga de revisar sus metas. A nuestros clientes les recomendamos que realicen el ejercicio de confrontar su visión con los principales vectores de decisión, tales como los planes estratégicos y de negocio. Y si perciben una disonancia entre ellos, les animamos a tratar de mudar de piel como hace la serpiente para reenfocar los esfuerzos en el objetivo último. Con esta nueva declaración, también hemos querido predicar con el ejemplo. Defendemos que establecer con claridad la posición deseada a largo plazo por la empresa contribuye a motivar e inspirar a los equipos y sirve de guía a los decisores en la asignación de recursos”, explica Jesús V. Izquierdo, nuestro Chief Executive Leader.

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