Dice la leyenda que, si se coloca una cazuela con agua fría y se pone en ella una rana, esta se queda tan tranquila, a pesar de que el agua vaya calentándose progresivamente.  Se cuenta que la rana no reacciona, sino que se va acomodando a la temperatura hasta que pierde el sentido y, finalmente, muere hervida.

Si hacemos un paralelismo con el mundo empresarial podemos afirmar que muchas organizaciones viven una suerte de síndrome de la rana provocado por la falta de conciencia, ceguera cognitiva o incapacidad para percibir las señales de alarma que muchas situaciones están provocando tales como la pérdida de competitividad, la inadaptación a los cambios del entorno, o incluso, pérdida de capacidad para satisfacer las demandas de los clientes.

Sin embargo, en algunas ocasiones, desde la empresa sí se percibe el riesgo asociado a la “subida de la temperatura”, pero se decide apostar por el statu quo. De esta manera, se opta por seguir igual, enmascarándolo bajo etiquetas de perseverancia y constancia. Incluso se dan situaciones en las que los directivos, aun notando el calor, deciden potenciar la candela de la estufa de una manera inconsciente y totalmente suicida.

Pero ¿qué se puede hacer para frenar el calentamiento corporativo? Desde The Worldgate Group apostamos por unas recomendaciones sencillas que cumplen la función de termostato y contribuyen a regular la temperatura organizacional:

  • Los directivos han de conocer qué sucede en la competencia, así como en sectores complementarios e incluso lejanos.
  • Es necesario estar al día de las tendencias empresariales, económicas y sociales y auto observar como nuestra organización sigue o no dichas tendencias.
  • La creación de espacios de conversación pública es imprescindible. En muchas ocasiones las señales de alarma se comparten en encuentros informales y privados y no alcanzan a los órganos de decisión.

En el fondo de la cuestión subyace la pregunta que en boca de la rana podría ser “¿cuánto salto?” y desde una perspectiva de directivo: “Si percibo el calor y soy consciente de que mi supervivencia como proyecto empresarial está en tela de juicio ¿qué puedo hacer?”

Es sabido que los cambios, en muchas ocasiones, se deciden desde un enfoque operativo y con la mente concentrada en una necesidad concreta, pero se ha de ser capaz de tener una mirada más amplia y a largo plazo asi como disponer de herramientas que permitan resolver cuestiones con coherencia, proporción y pertinencia. Parte del rol de la visión corporativa es este, que contribuye a que la toma de decisiones, sobre manera en momentos de turbulencias, no sea fortuita. Por eso se hace necesario tenerla muy presente en cualquier debate estratégico sobre cualquier movimiento empresarial.

Por cierto, la rana no llega a quemarse, tiene grabado en su ADN cuál es su visión. La supervivencia.

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