Max Tegmark aborda lo que supone actualmente y lo que supondrá en un futuro inmediato la inteligencia artificial se está erigiendo como el agente de cambio más importante en el siglo XXI. Su impacto en la economía, la cultura, la política y en el propio ser humano es tal que muchas personas aún no lo pueden imaginar.

Sin embargo, no todo está determinado por la tecnología, puesto que ésta se puede utilizar para crear tipos de sociedad muy diferentes. De este modo, la Inteligencia Artificial ofrecerá en los próximos años un espectro de posibilidades, pero la decisión sobre ellos corresponderá a las personas.

Por esto, la Inteligencia Artificial habrá de estar entre las cuestiones clave de la agenda pública, a pesar de que aún no ha entrado en los temas de interés, por ejemplo, de las campañas electorales, ya que gran parte de la población no entiende qué entraña, ni los dilemas que plantea, por ejemplo, en el mercado laboral, en la guerra o en los sistemas de gobierno.

Sobre el número de máquinas que invadirán dominios hasta ahora exclusivos del ser humano utiliza una metáfora de Hans Moravec:

“Los ordenadores son máquinas universales, su potencial se extiende uniformemente sobre una extensión ilimitada de tareas. Los seres humanos, por otro lado, son fuertes en áreas que son importantes para la supervivencia, pero débiles en cosas muy alejadas. Imagine un «paisaje de competencia humana», que tiene tierras bajas con etiquetas como «aritmética» y   «memoria», estribaciones como «demostración de teoremas» y «juego de ajedrez», y picos de alta montaña etiquetados como «locomoción», «coordinación mano-ojo» y la «interacción social». El avance del rendimiento de un ordenador es como el agua que inunda lentamente el paisaje. Hace medio siglo comenzó a ahogar las tierras bajas, expulsando calculadoras humanas y empleados de registro, pero dejando a la mayoría de nosotros secos. Ahora el diluvio ha llegado a las estribaciones. Nos sentimos seguros en nuestros picos, pero, al ritmo actual, también se sumergirán dentro de otro medio siglo”.

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