La confianza es un activo intangible de la empresa y puede ser entendida como la emoción básica para lograr establecer relaciones con las personas. Posee dos cualidades críticas que es preciso tener presentes cuando se decide abordar su gestión en un entorno organizacional. En primer lugar, su construcción es lenta, pues requiere tiempo y esfuerzo, pero, en cambio, se puede destruir con celeridad.

Cuando hablamos de confianza corporativa tenemos que distinguir entre diferentes estadios:

  • GENERAR CONFIANZA

– Tiene que ver con los espacios de conversación que genero, con el tiempo que invierto en conocer a una persona y con empatía por ella.

  • MANTENER LA CONFIANZA

– En este estadio es importante tomar conciencia de cómo cumplimos nuestros compromisos, como utilizamos la retroalimentación y el reconocimiento en las diferentes relaciones con los distintos stakeholders.

  • RESTAURAR LA CONFIANZA

– Nos encontramos en este estadio cuando se ha producido una ruptura de la confianza y toca reparar la relación reconociendo los errores, ofreciendo las disculpas y comprometiéndonos con lo que vamos a hacer para reparar y restaurar. Esta etapa lleva tiempo y hay que estar dispuesto a invertirlo.

Desde The Worldgate Group consideramos que para implementarla es imprescindible gestionar los cuatro elementos que la sustentan:

  • Sinceridad o mantener la conexión entre el discurso interno y el público.
  • Confiabilidad o tener la competencia para realizar la tarea encomendada.
  • Credibilidad o cumplimiento en el tiempo de aquello a lo que nos comprometemos.
  • Compromiso con la empresa o la voluntad de trabajar por y para ella.

Además, para desarrollarla en el equipo, recomendamos una serie de acciones clave:

  • Hablar de los temas que pueden generar conflicto, para lo cual la gestión estratégica de las conversaciones es fundamental.
  • Establecer un marco regulatorio definido con el que los diferentes órganos de la corporación estén alineados.
  • Hacer lo prometido, o lo que es lo mismo ejecutar lo planificado pues lo contrario supone una brecha en la confiabilidad del equipo.
  • Reconocimiento y potenciación del talento corporativo pues contribuirá al crecimiento de toda la organización.

Con todo, aunque la gestión de la confianza suponga un esfuerzo, una vez establecida, el resto de procesos de la organización estarán mejor orientados al éxito.

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